Yo no puedo cual armada cobra, centrarme en tu mirada,
pues no puedo, porque ni soy venenoso hombre,
ni me temen los temores, ni los amores me halagan,
yo soy la presa de tus ojos fijos en los míos.
Yo soy la rueda que gira en cada ímpetu movimiento…
y que para en cada gesto del camino atascado,
pero no puedo, ni por ensueño , alzar vuelo…
y coger las tiernas aves, porque no soy ángel.
como tu en el cielo.
Yo soy mas bien, la espina enrollada…
sobre tu cuerpo de rosa,
que ya no puede, que no debiera ya alejarse,
que todo es ya solo uno, si las rosas son hermosas…
también lastiman sus espinas y duele mucho.
Ottooño Tristtezza
Setiembre - 2006