Aunque yo no te alcance ni me alcances,
ni te quiera seguir ni tú me sigas,
cuando nada te diga, nada digas,
porque no es conveniente que te lances.
No quisiera, mi amor, que te esperances
ni te enfades y luego me maldigas
cuando, pese a tu afán, nada consigas
y por más que camines poco avances.
Es redonda la tierra, lo sabemos,
y aunque a polos opuestos apuntamos,
con el tiempo quizá nos encontremos,
pues, pensándolo bien, si nos amamos,
poco importa que más nos alejemos
si al final del camino nos hallamos.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC