La conocí como conozco a casi todas. . .
de fiesta y borracho,
la conocí como a casi todas,
solo que en ella percibí algo diferente.
Una chica morena,
guapa,
con un cuerpo de diez
y una mirada que me embaucó,
tenía que lanzarme.
Yo ya la había visto en alguna ocasión
pero nunca había cruzado palabra con ella,
no sabía como se llamaba,
ni su edad,
no sabía que clase de vida había llevado,
solo que,
a pesar de ser bastante joven,
ya tiene un hijo,
poca cosa más sabía,
poca cosa más sé.
Sus formas,
su encanto,
la manera en que estando a solas
logró que un tipo cerrado como yo
casi se abriese por completo
sin necesidad de hacer nada,
la confianza que me trasmitía
fue suficiente.
La besé y me sentí un rey,
luego seguí bebiendo,
intenté besarla dentro de la discoteca
me rehusó,
es tímida
o eso parece,
me gusta,
me gustan esos gestos.
La acompañé a casa,
un último beso que apenas recuerdo,
me dio su número de teléfono,
mi cabeza andaba ya bastante ebria,
y unos días después parece estar igual,
pero no por culpa del alcohol,no,
sino por culpa de una de esas casualidades
que logran un lugar preferencial en la mente,
por culpa de esa morena a la que apenas conozco
y que ya me tiene medio loco. . .
Por eso le diría:
Vuelco el cielo si quieres las estrellas,
vacío el océano si quieres conocer sus profundidades,
muevo montañas y creo terremotos de silencio,
robo la luna,coloco tu brillo en su lugar,
destruyo el odio,construyo cimientos de felicidad,
tu nombre ya ocupa el primer puesto
en mi lista de deseos,
haz que me enamore de ti
y luego márchate si es lo que quieres,
soy un don nadie dispuesto a apostarlo todo,
no me da miedo regalarte mi pequeño mundo
y que luego lo destroces
como quien aplasta a una hormiga,
el único riesgo sería no arriesgarme a conocerte,
mi corazón volvió a latir,mi corazón volvió a latir. . .
hazme blando o sigo dando tumbos,
decídelo tú,bonita,
estoy dispuesto a perderme en tus laberintos,
quizás sea fugaz,quizás infinito,
has matado mi vieja guerra,
sencillamente gracias.