Al amparo amniotico
y en oscuridad radiante,
escuchó los tambores
del corazón materno,
regénesis de abuelos,
de padres y de tios,
que a su vez
bebieron en el lago ancestral
de las herencias,
que pelearon batallas,
que atravesaron tiempo y geografías,
y hoy;
orgullosamente se recuerdan con olvído
trayendo cuerpo, forma y alma,
con el impacto del gen,
amor y sentimientos,
y en la poquedad del tiempo con sus días lentos,
poco a poco fraguaron fundamentos,
del no haber sido al ser,
a tener hambre,
a gozar,
a sufrir, a luchar y a morir.