MELANCÓLICOS 14 : AQUÍ YAZGO SOLO

Aquí yazgo solo, entre tinieblas

entre humedades y rastrojos

sobre manantiales secos y frescos

bajo los floridos almendros.

Mi vida ha sido rayo, volé como el viento

cabalgué sobre caminos sagrados

crucé el desierto

de los desheredados de la tierra

oyendo sus gritos lastimeros.

Sacrifiqué mis días de frescura

cuando las fiestas duraban días 

y las preocupaciones estaban exentas de pasar por vicaría

eran porciones del tiempo de algarabía 

y oleaje tenso.

Anduve por la ciudad deprimida

asfixiada de humos

con dolor en la cabeza, una ola girando 

estresada, el tiempo era un avión de combate

rompiendo la barrera del sonido.

Intenté ser semilla, en vez de páramo

vida nueva en vez de fracaso exonerado,

de bailar en las barras de los bares

no ser rata de cloaca, ni saliva envenenada.

Amé como aman los pájaros su libertad

como el río su valle, como la montaña a la nieve

como el amante a la amada, 

como el fresco al verano radiante de felicidad 

que vivíamos antaño.

Me quedé sin vista, sin gusto, sin olfato

fui perdiendo los sentidos de la vida

la belleza del alma, el amor del corazón

incluso la pena y la angustia.

La claridad se volvió neblina

el amor sarcasmo

la rutina era mi aliada

mejor estar aquí donde yazgo

junto con mis hermanos del pasado.