Tinieblas ...

Este pozo de tinieblas
al que llaman "invidencia"
con total indiferencia
los médicos, en su ciencia,
es un auténtico terror.
Quienes nacimos con vista
y conocimos esa imagen
arrobadora del sol
alumbrando nuestro mundo,
iluminando la vida
con todas sus maravillas,
su belleza, su esplendor--
Resentimos la crudeza
de un negro telón de fondo
que vuelve igual a la noche
que al día más esplendoroso;
este mundo tenebroso
en que el tacto y los sonidos
son los únicos sentidos
de nuestro mundo exterior
es, en verdad, pavoroso.
¡Tantos recuerdos grandiosos,
prendidos en la memoria
de lo que fue nuestra historia!
Hasta ese día doloroso
en que se apagó la luz
y, con ella, nuestra euforia.
Tantas mujeres hermosas
con siluetas como diosas,
con facciones luminosas,
hoy sólo son bellas voces
y perfumes en el aire,
con su hechicera fragancia,
perdidas en la distancia;
y se deslizan, veloces,
siempre a nuestro alrededor
causando ansias atroces
de impotencia y de dolor.
Esas simpáticas damas
tan atentas, compasivas,
prodigándome atenciones,
bellas palabras de aliento
y palmadas efusivas,
son las hadas comprensivas,
invisibles y evasivas,
vedadas al sentimiento
por mi cruel impedimento.
Si permanezco distante,
respetuoso, inofensivo:
-"¡Qué simpático cieguito!"-
(con lástima y tono altivo)
remarcándome que vivo
en este "encierro" maldito.
Mas, si en gesto involuntario,
llegara a rozar mi mano
con su piel suave y caliente:
-"¡Ciego cínico, indecente!
¿cómo se atreve? ¡malvado!
Pero ¿por quién me ha tomado?
yo lo creía buena gente"-
Tantas visiones fugaces
reducidas al "ayer"
y negadas al presente,
sólo una tela insolente
de negro languidecer,
tan confusa y permanente.
Pasa a mi lado la gente
con su andar indiferente,
incapaz de comprender
lo que mi corazón siente;
me desespero, impaciente,
y nadie me puede entender.-
Eduardo Ritter Bonilla.