Quise ser como el árbol que crece,
frondoso e imponente,
con sus ramas inmensas
y tupido follaje,
anidar en mis manos
la vida silvestre
y con mi corteza, el fuego
que libere el frío.
Quise ser durazno maduro
o sauce con su sombra,
enredadera rebelde que cubra.
murallas.
Árbol que borre penas
y de albergue,
vegetación siempre viva
que su fruto cuelgue.
Cortaron mis ramas,
talaron mi tronco;
el ataque fue a muerte;
mi follaje quedo abajo,
mis esperanzas mataron
y mi protección, turbada.
Campo marchito,
cuerpo minado,
el tronco hueco
y las hojas abajo.
leña para el fuego
en los anos que tengo,
el final queda incierto.