Bésame,
con tus dulces labios
de algodón de azúcar...
Y no te separes de mí,
quédate aquí,
a mi lado,
deja tus manos
junto a las mías
y que ellas solas
sepan qué hacer...
Deja que tus labios
se queden con los míos,
déjalos que tiemblen,
de frío temblarán,
se congelarán
junto a los míos
toda la eternidad.
Pasarán los siglos,
la tierra cubrirá el mar,
pero el polvo de mis huesos
con el de los tuyos estará.
Pasarán milenios,
la Tierra no existirá,
pero en el universo
nuestros restos juntos flotarán.
Por más que pase el tiempo
estarás junto a mí,
estaré junto a ti
y te amaré por siempre
como tú a mí.