Subiendo escaleras infinitas
para salir de mi agujero,
así escapar de lo monótono,
repito lo diario de mi vida
cuando a lo que aspiro está lejos,
jugando con acordes
que algún día me llenaran
mi alma prisionera y reprimida,
tomando ejemplo de otros
por no sentirme único,
pero tampoco el reflejo de alguien,
trabajando con lo que quiero
sin nadie que me maneje,
ni controle mis pasos,
mucho menos mis pensamientos,
libertad en mi corazón
para amasarla como desee,
plasmarla en mi destino,
en mi odisea particular
llena de dudas inciertas,
de un futuro lejano,
difícilmente me imagino
aquel sueño que tengo
cada vez que despierto,
hacer algo que me llene por dentro,
poder decir:
"eso lo hice yo, es mi creación"