Tonta sentimental....

-Desde tempranas horas me invade la tristeza, por causa de un cachorrito que hallé en la esquina de casa, entre las hierbas escondido, desfalleciendo, agonizando, advirtiendo que la causa posible era una enfermedad infecto-contagioso, por la simple razón de verlo con convulsiones, y la supuración de sus ojos.
-En el intento de hacer algo por el animalito, llamé a las Organizaciones de protección de animales, sin embargo sólo escuchaba a la contestadota. Esperé ansiosa que transcurriera el tiempo y por lo menos se hiciera las nueve de la mañana, para seguir insistiendo.
-Las nueve de la mañana y una voz lánguida y soñolienta me contesta y dice… “No se encuentra ninguna de las voluntarias, se fueron al campo y no regresarán hasta entrada la noche”
-Se me ocurre llamar al domicilio de la veterinaria amiga, quién suele atender a mis protegidos, por los datos, me responde que muy posible se trataba de “Moquillo” un virus incurable, por tanto el animalito estaba condenado a muerte.
-De sólo observarlo sabía que estaba en las últimas. Oré con devoción a San Francisco de Asís para que hiciera que su muerte no fuera tan lenta, quién sabe cuánto tiempo estuvo en ese lugar, y con lluvia intensa y continua.
-Pensando en el resto de animales del barrio, llamé a Saneamiento ambiental, para que lo recogieran, sin ningún resultado positivo, ellos no se hacían cargo de un animal vivo, sugiriendo llamara a la perrera.
-En esa oficina al parecer no se encontraba nadie para responder, ni siquiera la contestadora, suponiendo que trabajan de lunes a viernes.
-Sola en agonía, tratando de olvidar el episodio, con su carita metida en mi mente, sin recursos, sin nada que hacer por él.
-Medio día y todo igual, su respiración era más lenta, pero continuaban las convulsiones, y así se pasó la tarde, con mi pena y el animalito que aún respiraba.
-A momentos pasaba la lluvia y corría a verlo, para hallarlo casi inmóvil, con su mirada ausente, pero aún con vida.
-Ahora que se fue la tarde, también se fue su vida, y es que me he sentido y me siento enferma, enferma de pena, que si escribo es por que necesito decirlo, para no estallar.
-Y claro que me sentiré mejor, por que empecé a llorar, por un desconocido cachorro, que por él , hoy en domingo me tocó sufrir. Quizá soy tonta sentimental y es que así me prefiero.
Soledad Del Sol
03-01-2010