Recuerdo el aroma de tu mirada
embriagándome
vulnerando hasta el silencio de mis plegarias
lo inundaste todo,lo habitaste todo
sin decir una palabra
reconocí a tu ángel
y el rubor de mi alma fue gigante.
tu mirada fija
tus manos tibias,tu rigor,tu impaciencia,
esa absoluta y particular
manera de exigirme:
atención,compromiso,razonamiento
opinión,respuestas,audacia
sin darme tregüa
¿cómo podría haberlo hecho?
si en mi interior
batallaban mis sentimientos?
la suave luz del sagrario
te daba cierto halo de ángel
de niño pequeño.
Tres días y una promesa
que me encargué de dañar
de destruir en menos de una semana.
El destino,o el amigo inolvidable,
a mil kilómetros de nuestra tierra
me hicieron una jugada inesperada.
Y me quedé con los recuerdos
con tu nombre y una dirección garabateada
No pudo mi terquedad
fiel vanguardia de mi alma
no pidieron tus encantos
fue más fuerte mi desconfianza.
Kamilah