Siempre el mismo sueño,
galopar de espuma apagada,
sendero de camino eterno,
acogedoramente cálido,
frondoso,
tu mano sujetando mi mano,
cruzando cualquier rio,
obstáculo, camino,
obsesión de infancia,
sueños repetidos,
como compañeros de mi alma,
estás padre en todos mis paseos nocturnos,
en mis pensamientos que vuelan durante el dia,
en todas mis miradas al cielo.
Hace ya unos años padre,
hace ya unos cuántos,
que no veo tu caminar,
que nada llena el vacío que me dejaste,
y sin embargo,
tu enorme, protectora,
segura imagen,
siempre camina junto a mi,
en sueños,
de pronto en la calle,
en un pensamiento,
ó en un recuerdo que de pronto,
surge como el viento.
Hace ya unos años padre,
y cada vez que te miro,
en esa foto que me acompaña,
a todas partes,
con tu sonrisa impregnándome,
me sacude un escalofrio de tristeza,
una noción de infancia eterna,
una nostalgia galopante,
toda una vida entera,
recorriendo este camino,
a veces extraño,
a veces mio,
a veces de nadie.