¿Quieres saber lo que se y tu también sabes?
¿Si lo sabes para que necesitas saberlo?
Como desconozco lo que sabe, ¡dímelo!
y lograras descargar el peso que tienes.
Si logro establecerlo por medio diferente
demostrarás inconsistencia en el amor
y no por eso renunciaría a siempre amarte,
lo ha concluir sería: ¿Te acosa tu feo temor?
Me prometiste dar lo mejor para guardar
siempre como un recuerdo inolvidable,
ahora que creo en tu vida encontrarme,
¿indícame qué tienes hoy para entregar?
Dices que he mentido y no argumentas
el dónde, el cómo o el cuándo del dicho,
por ver en mi un enigma insatisfecho
que puede hacerte fracasar en las metas.
¡Basta ya! de emplear intrincados acertijos
propios de torrencial y ligera apreciación,
si lo que necesito es que brindes comprensión,
amor, primor, deleite, y alejes los hinojos.