¿Dónde estás, Madre mía, hoy que más te requiero,
hoy que más necesito de tu amor y ternura?
¿Dónde estás hoy que tengo tanta, tanta amargura,
que me siento tan sólo, que me siento que muero?
¿Dónde estás? Si estás lejos dime cuándo te espero;
pero ven, no te tardes que sin Ti me perdura
la tristeza, la angustia y es terrible y oscura
esta sed que yo siento de tu abrazo sincero.
¿Dónde estás? No te escondas. Ven, atiende a mi grito.
Mírame, no me ocultes tu mirada amorosa.
Sólo Tú sabes, Madre, cuánto te necesito.
Sólo Tú con tu dulce caricia bondadosa
puedes darle el consuelo a este pecho marchito
que a un suspiro se encuentra de la lóbrega fosa.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!