Hay una palabra que detona un tema completo, a veces una imagen... Preguntó la mamá ante la inminente partida de su hijo adolescente: me extrañarás? Y los vi alejarse del brazo. Y ahora no aparto eso de mi cabeza Se fueron y me quedé con mis notas: extrañamos a la mamá de niños en el aroma en el abrazo en el beso de llegada y salida, en el sabor de las cosas, en el consuelo que brinda La extrañamos aún viviendo con ella. La extrañamos al salir, al volar al apartarnos a hacer vida. En el nuevo sazón, la extrañamos en el día a día, en el regaño en el premio. Extrañamos esa sabrosa, incomparable e inconmensurable complicidad igual sea por la personita que nos gusta que por tomar el coche de papá mientras él toma siesta y más aún, cuando el triste coche se quedó tirado y hay que despertar a papá... Se le extraña ausente en cualquier dolor físico, al ver un árbol particular, frutas o plantas, al pasar por un pueblo nuevo o conocido. Solteros la extrañamos, casados viudos y divorciados,. La extrañamos aún hablando con ella, en el mensaje, estando viva o habiendo partido.... La extrañamos en casos extremos de miedo o al sentir la muerte. La extrañamos igual hay que decirlo, en la cantidad de frases acuñadas a las mamás, al pellizco discreto y a la sicología casera... Hubiera querido de corazón alcanzar a esa mamá y leerle lo recién escrito...