Silencioso, el mar me trae
la dulzura de tu alma.
Paz silenciosa se siente,
como pájaros cantores,
remolinos de recuerdos
que calman los sinsabores.
Las silenciosas aguas
de tu ternura me hablan,
sueño sereno, profundo,
el ardor de tu mirada.
El mar, el reflejo de tu imagen,
y el más dulce de los silencios.
Tu aroma me traen las aguas,
tu aroma de sal e inciensos.
Silencioso, mi corazón
recibe tus suaves besos;
voy en silencio soñando
que en tus fuertes brazos,
feliz, me estoy durmiendo.
Las olas vienen, las olas van…
Mis pensamientos, con ellas,
me traen tu cercanía,
y en el más puro silencio
te entrego mi lozanía.