Te amo, así como aman
los célibes prefectos
en las fuentes divinas de cada
avatar solitario
donde mueren los silencios...
Te amo, distinto
a cada mortal que camina
en direcciones diferentes
en las madrugadas frías
de una calle sin distancias...
Te amo, sin los prejuicios
inalterables y concientes
de las vaguedades ausentes
en cada trazo de acera
que hasta ayer...nos cobijaba.
Te amo, inalterable, proscripto,
derrotado, y aún asi,
dependo de ti, de cada movimiento
de mi alma, que de tan tuya,
ha perdido mi identidad y se ha vuelto
ermitaña y transumante...
Te amo, en la lluvia de agosto,
que manipula mis ojos
sin la verguenza de un otoño,
manera de verter sus sueños
en los sueños de mis ancestros...
Te amo, con la simple complicidad
de los ángeles de nuestra luna,
pequeños gnomos de la luz
infinita de cada mirada perdida
en los cielos de la ausencias...
Te amo, a pesar de los pesares,
de las manchas de mi cuerpo
que silenciosamente murmuran
a través de las caricias
intrépidas de alguna tarde
calurosa en un cuarto transparente...
Te amo, y sin embargo me muero,
despacio, en la agonía del
labrador y sus surcos de papel,
en la fría mancedumbre de mil
aves en vigilia, en los
muros gélidos de las armaduras
penetrantes y en el museo
del alma, donde las obras de nuestro
arte guardan incólumes las pinturas
los amantes eternos!