Los arboles se desvisten languidos
de sus hojas ya secas,
El estio ya ha pasado,
Y se acerca el tiempo en que su sed
habran de saciar de nuevo en la tierra;
El viento cadencioso
aleja de si sus exiguas vestimentas,
Fundiendolas a lo lejos en un abrazo,
Que solicito
le piden y exigen para si las praderas.
Los mirlos imitan las sonrisas de los niños
que antes reian a horcajadas,
Como añorando aquellos momentos
en que felices,
Corrian desbordados con sus sueños,
Dandole un especial brio
y colorido a las estepas.
Asi el otoño me previene
para hacerle frente al adyacente invierno,
Y en el solo tu recuerdo
habra de proporcionarme el invaluable abrigo;
Supeditandome a cerrar mis ojos un momento,
Para evocar en mi interior
el calor de todos tus abrazos, tus besos y tus mimos.
Alimentando en mi
la inigualable ilusion del que con fe espera,
Para que de nuevo al abrirles
te vea aqui, junto a mi..
Dulce amor mio.