En ausencia de ti Madre, en el mar de tu recuerdo yo me pierdo, me pierdo buscando tus bondades en silencio; me pierdo entera en tu deceso, y a la vida le pregunto, ¿por qué tuviste que irte al cielo? Duele tu ausencia en el alma hasta quebrarla, y mis ojos, de lágrimas salitres se llenan y estas fluyen cual pequeños caudales dejando vestigios de sal en mi rostro atribulado. Remembranzas de tu amor albergo en mi existir y aunque el tiempo pase jamás te olvidaré bendita mujer; aquí te llevo siempre, en mi pecho cautivo, hasta que un día, al rendirle cuentas a Dios al otro lado del valle nos volvamos a encontrar. Palabras del alma julio/01/2010 3:29 AM Martha Humphrey
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