Voy a contar, del amor, los pesares,
Que sólo en lagrimas se resuelven.
Y luego son ellas, los mismos mares
Donde el dolor y la soledad se desenvuelven.
Si el dolor, aún fiero, no mata
Mas sí atormenta a quien lo posee
Y después, cuando el amor se va, arrebata
Todo lo bonito, de lo que se quiere.
Al dolor no le sobran tormentos
Pues es cruel y no mata
Y una a una sus abominaciones ata
Y deja que reine lo malo de los sentimientos.
Ante tanta pena, y no burlada,
Trata de hallar algún consuelo
Un alma que vive por dolor desconsolada:
Un pase eterno al sufrimiento.
Y luego el dolor arde, más no quema
Y deja en cenizas el alma derrotada
Y sólo el llanto es quien apaga
Las llamas infernales del sufrimiento.
Y ya que explicar no puedo
Quedará sin palabras lo inexplicable
Pues que sirve que yo hable
Si el desastre ustedes lo estan viendo.