Si puedo ver correr las aguas, que de entre mis dedos se me escapan,
podre ver la nota que tus manos me han escrito, sin alegría,
podre llorar por tu sorpesiva despedida,
y volveran a volar mis caprichosas notas
de obituario en luto consagrado,
por unos besos que han muerto, porque nadie
los pudo tocar, por un amor descubierto
en la lejanía del tiempo, de una lucha que se acaba con arta letanía.
Reclamo al amo de este ocaso, porque esto es
una huida,
dejaste la gota herida, y el triste cantar de un ave en su partida.
Oh, y te pido que no regreses aúnque la amada
sea convenida.