Grises montañas mirándome con ojos de desprecio
y una noche tan fría,
fría como el alma que ahora muestro;
eso basta para pensar en ti,
el problema es que son pensamientos tan fríos como las palabras
que emanaban de tu boca aquella noche
en aquel lugar que quisiera destruir,
una noche que quisiera olvidar...
No recuerdo bien esa noche,
solo sé que desperté, pensando que todo había sido un sueño,
fui a tu casa convencido de que no fue real,
pero al estar ahí sentí una nostalgia y ganas de llorar enormes;
me senté en frente, pensando y pensando
con esta mente tan decaída e inútil;
tuve miedo de llegar, tuve miedo de que me dijeras
que fueron reales esas palabras
que sentí aquella noche como mil puñaladas en
mi corazón y en mi alma...
Después de eso no sé que paso,
solo recuerdo que cuando volví a despertar
me encontraba aquí sentado
en medio de la nada mirando las estrellas,
ellas también me miran, miran mi propia perdición,
miran mi futuro olvido...
recordando aquella pesadilla
que acabo con todas las ilusiones
de un futuro añorado a tu lado...