Olvidé mi nombre, mi memoria y pasado,
no dejé que mis lágrimas se derramaran,
ni que mi alma se doblegara ante el amor,
soy el que no conoce otro consuelo
que no sea el de Dios.
Mientras la luna mira el frágil corazón de la noche
el alma escribe con tinta roja cada verso de amor,
los sueños despiertan bostezando recuerdos,
y te preguntas si la soledad está sola o se disfraza con el adiós.
Estás ahí, oculto entre los sentimientos del alma,
entre los amantes que no se olvidan y se prometen eternidad.
Estás ahí, como la lluvia en el cristal, como el camino del errante,
estás ahí, amor, siempre estarás ahí, por que el amor no muere…
SIEMPRE ESTARÁS AHÍ
J.M.P.Poeta
7-01-2008