Deja imaginarme y tal vez...improvisemos
en cada verdad que de tus ojos emana,
el mar, la plenitud, aquello que deseemos
dentro del cristal que brilla tus mañanas.
Y al imaginar el ocaso en nuestras espaldas,
el verso ansioso que esperas, día a día,
el océano de murmullos que esboza la palabra
cuando entregas tu alma y pareces dormida.
Casi al desespero de algún paisaje insurrecto
el sencillo amanecer de tu piel en mis manos,
y a un te quiero, los contornos imperfectos
que seducen la región donde posas tus veranos.