Tú, Siempre

Me desnudaré en tus brazos,
lloraré en tu hombro,
y con cada lágrima que lo empape,
como una tersa tela,
me romperé en un toque.

Saltaré por tu ilusión,
me pasearé por tus sueños,
y como el humo de la pipa que aspiras cada mañana,
me disolveré en el viento en un instante.

Escaparé de ti,
para volver corriendo a tu ímpetu.
Me sacudiré de tu amor,
me desharé de él,
¡Juro que lo haré!
Pero no me juzgues
cuando busque sus restos
en la papelera de tu oficina.

Lloraré.
Me romperé al verte,
al sentirte,
y como la noche de incesante lluvia,
mis lágrimas estallarán contra el marco de la ventana.

Te verán pasar con tu gabardina,
gorro y moño,
con el frío,
la inmarcesible soledad que bautiza tu sombra.

Y cuando mi piel sea de vidrio,
mi boca no sienta tus labios,
y mi alma se desampare,
buscaré tu vago amor
entre las trincheras del olvido,
atravesado por las balas de tu silencio.

Hoy,
particularmente hoy,
solo me quedan vestigios de tu nombre,
garabateado con la sangre que me arrebataste.

Mientras caigo al vacío,
mis lágrimas se hielan,
y mi suspiro se deshace en ceniza.
Tu nombre vibrará por siempre
en los ecos del olvido.