Yo no tengo otra piel bajo el pellejo,
tú deflagras la mía a sangre fría,
yo repito lección de anatomía,
tú le sacas chisteras al conejo.
Yo te adorno el axioma más complejo,
tú rebates con praxis mi teoría,
yo me estoy emancipando de la mía,
tú me enmiendas la plana ante el espejo.
Yo me baño en tu fe sin salvavidas,
tú le das un apócrifo al creyente,
yo me salto la norma en paracaídas.
Tú y yo: todo igual y diferente;
dos finales sin puntos de partidas...
y quien ose a negarlo, es que te miente.