Me siento muy feliz de serte fiel
en las sinrazones que nos separan,
en los silencios más arrebatadores
que llenan de tristeza mi alborada.
Me siento feliz sin rozar tu cuerpo,
pues lo presiento en la noche solitaria,
enroscado sumisamente en mi pensamiento
y en mis sueños tiernamente abrazado.
Aunque creas que me muero sin remedio,
sepas, que mis lágrimas son nostalgía,
que empapan la lluvia solitaria de otoño
regando las estaciones de nuestros deseos.
Aunque creas que lloro sin fuerza,
no decaigas de tu fertil anhelo,
pues yo planté mi semilla en tu hueco,
y en mi raiz aún faltan tus besos.
Que el amor es cosa de dos y quizás, del tiempo,
del roce y el calor de la comprensión.
Yo te espero, como agua justa del mañana
y lluvia de esperanza en nuestro corazón.
Que soy feliz aunque te encuentres lejos,
pues sé que siempre estas en mis adentros,
ayer me lo dijo el cielo del universo,
mañana me lo dirá el poeta con sus versos.