Sin rutinas, sin ojos partidarios,
sin el mínimo acerbo de inconducta
con el amplio y sucedáneo inventario
con la máscara de hierro en una gruta,
sin el páramo de orfebre que tallando
el cuerpo de su amor en cada esquina,
alma de ermitaño que vá sesgando
el fértil obituario de una rima,
sin vándalos poseedores de jornadas
sin céntimos, sin urbes, sin sicarios,
con cada atardecer de no se nada
teniendo todo en un cofre de corsario,
sin pudores que rodeen macrocentros
en consulados de fauna y abadías,
con célibes, curas y un fermento
cóctel de abundancia y de agonías,
sin cada noche que huela su perfume
sin el escote abierto entre sus manos,
con sus dedos alejados donde hube
desvestir su magia desnudando sus veranos,
sin presa fácil, ni difíciles momentos
sin las ganas de combatir la letanía,
con un prócer de boina y elementos
que a poca luz, en sus juventudes leía,
sin sus ojos, sin dimes y diretes,
sin pañuelos de seda en su garganta
con las pocas ideas y tantos juguetes
con una niñez de dichas y alabanzas,
sin el rasguño, sin el marco, sin la herida,
sin un sostén de álgebras dispuestas
con la matemática a marzo y esa silla
donde posaba infame la pregunta sin respuesta,
sin filtros inmunes de infieles depositarios
con una cuenta en rojo de cheques voladores,
sin la imagen del cristo y un rosario
de cuentas debitadas por algunos contadores,
sin creer en las cosas y huyendo cada día
de la realidad costosa de un presente
callando penthotales con húmedas orgías
con marcas que a fuego jugaron con la muerte,
sin ser verdad y tampoco siendo mentira
sin el humo del cigarro entumecido
con dos arrebatos de cinco hipocresias
en tres ambientes contando los latidos,
sin vanas promesas y con pocas cacerías
sin un regazo que contenga misiaduras
con esta pasión de saber que aceptarías
con este amor...que se evade de corduras!