Otra vez me vestiré de llanto con aires de tristeza,
Y adornaré mi casa de soledad y melancolía,
Que se sienta opaca, con paredes grises resecas,
Con decoloración en toda la mampostería.
Mi mente muestra hendiduras desde tu partida,
Dejaste empolvada mi frígida fantasía,
Inusitada esencia de venganza envestida,
Me colocaste en el pecho, al dejarme vida mía.
Y el minucioso ruido del silencio me araña,
Sigiloso aroma de olvido engalana,
Mi habitación insulsa y helada me acompaña.
Pestífera y densa mi sombra me anima,
Pero mi cuerpo inerte de ti se encapricha,
Y la mezcla de odio y amor se combina,
Hasta dejarme ciego de rabia, de ira.
Es tan tuyo el olvido como mío el desdeño,
Que llorar quisiera pero ya no debo,
He dejado mi cuerpo en lodo y sin dueño,
He dejado mi alma al pie del lamento.
Y descubro mi casa que hoy se declina,
Que se cae entera, lacerada por tu partida,
Yo me quedo dentro con tu olvido en la cabeza,
Vestido de llanto con aires de tristeza.