Cuando vengas fantasma, tomaré tu mano,
recorreré cada rincón de mi historia muerta;
anclaré mis miedos y ansias a su puerta
Y en ese recorrido caminaré las avenidas
de la ciudad de mis sueños, la escuela de mi infancia,
con la luz de mi propia sombra y lo varonil de tu fragancia
así llegará a mi mente, el fantasma de mis heridas.
¡Perfilaré un beso en el pasado,
Recordando tus cálidos labios en mi frente,
eres fantasma, como la sombra de un niño pensativo!
Recordaré mis miedos y ansias, en un baúl guardado,
para levantar la mirada, hacia el presente,
dejando atrás todo lo que fue, el dolor vivido,
colocando una sonrisa, fantasma ausente.
Escrito el 15 de noviembre de 2010
Inspirada en el pensamiento de mi hija Dagny:
“Tu fantasma es la luz de tu propia sombra Iluminada por tus miedos y ansias, Donde quedan los recuerdos que te traen hasta aquí, La claridad que un día te vio sonreír”