UN DÍA MÁS SIN TI

En el silencio de la noche, tu ausencia es un eco apagado,

Un vacío inmenso que el tiempo no logra acortar

Y en mi pecho, hijo mío, se ha quedado un grito silenciado,

Donde la tristeza mora y el dolor no deja de habitar.

El tiempo pasa, pero no cura esta herida abierta,

Cada día es una lucha por seguir sin tu presencia

Las noches son más largas y el día no me despierta,

Pues sin ti, hijo mío, se ha perdido mi esencia.

Te extraño, hijo mío, más de lo que las palabras pueden decir,

Y aunque mi corazón está roto, en mis recuerdos vives tú,

La tristeza es profunda e insoportable, pero en ella sigo,

Porque tenerte fue un regalo, y perderte, mi gran cruz.

En mis sueños te encuentro, tan vivo, tan cercano,

Pero al despertar, el dolor vuelve a mí,

Cada día sin ti es un peso inhumano,

Y el amor que me diste, se ha quedado aquí.

Tus ojos, dos estrellas que ya no alumbran mi sendero,

Se han apagado dejando un cielo de tristeza y desvelo,

Tu ausencia, un invierno eterno que hiela mi corazón

Y el amor que te tengo, se ha convertido en un dolor sin razón.

Tus risas que eran música, ahora son recuerdos lejanos,

Tu voz, un susurro que el viento se lleva sin piedad

Cada rincón de la casa grita tu nombre en vano,

Y en mi alma, hijo mío, se ha instalado la soledad.

Lloran las flores, el sol ya no brilla igual,

El mundo sigue su curso, pero yo me he quedado atrás,

Tu recuerdo es mi consuelo, y mi pena, mi gran mal,

En este mar de lágrimas, donde no encuentro paz.

Eras mi todo, mi razón de vivir,

Y ahora sin ti, todo parece morir,

La alegría se ha ido, solo queda el sufrir,

En este viaje sin ti, que no consigo asumir.

Autor: Ángel R. Anaya Puerta

El Ángel de los sueños

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