Vestido todo de negro,
Cabalga sin cesar el caballero del diablo,
Entonando funebre sonata con allegro,
Como tratando asi de olvidar,
Que su vida es tan solo un retablo.
Oscuro es tambien su brioso corcel,
Que al galopar deja tras de si
Azufreas centellas;
Esparciendolas en la noche
Cual si fuese un gigantesco dosel,
Dibujado con rojizas estrellas.
Cuenta la historia que fue por un agravio,
Como asi comenzo su larga pena,
Pues en la venganza solo encontro el resabio,
Y por siempre le ato a una cruel condena.
Tambien, que para poder salvar
Su alma hechizada,
Debera encontrar una doncella inmaculada,
Que le otorgue sin interes su amor.
Mas vive sumido en un profundo dolor,
Por que sabe que su esperanza es ya vana;
Pues el temor que inspira nadie profana,
Y asi cabalga solo,
Para siempre, el caballero del diablo.