se tambaleó, tosió con estruendo y cayó de bruces contra la nieve y el barro;
roto y enfoscado, lejanamente entrevió a su madre, más aún, como en un relámpago la vio salir de su cuarto,
apagar la luz y susurrarle unas palabras de todo punto incomprensibles para él;
intentó moverse pero no podía, se había pegado un tiro en los pies y en el pecho
y por allí se le estaban yendo todas las molicies y gangrenas del mundo;
… entre vómitos y un ahogo agobiante, sintió la lluvia rebotarle sordamente sobre la cabeza,
por lo que pretendió gritar, pero sólo oyó las voces cálidas de sus hermano Carlitos y su hermana Yoli
afirmando, una vez más ante su padre, ser dueños de una rama del cerezo del jardín;
fue entonces cuando decidió morirse y quedarse así, rodeado por los suyos y las furias congénitas del frío;
… en aquel instante exacto, Albert López Iris se hallaba disertando en la tribuna de una convención de médicos.
orion de panthoseas
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!