Cuando la inocencia se vestía de hombre,
Este mutilaba los valores aprendidos,
la amistad y el bullicio olvidaba nombres,
y en su imaginación florecia lo perdido.
Aprendió a dibujar la paz de Dios,
Construyendo iglesias y mezquitas,
Dejando sus mensajes de amor para dos,
borrando las mentiras malditas.
Los árboles empezaron a extrañar,
La tierra y la humedad en el concreto,
Los tiempos viejos no dejaban de soñar,
Dejaban un mensaje en las voces del viento.
Cuantos secretos amargos se destruyeron,
En los dias nublados y tristes del amor,
Muchas estrellas tristes se adormecieron,
Y la soledad fue caritativa con su dolor.
Así el hombre conquisto sus derrotas,
Y crecieron los motivos de su existencia,
En su sonrisa se dibujaron esperanzas rotas,
De un mundo mejor en su mordaz conciencia.
AUTOR: IVAN CARRASCO AKIYAMA /PSEUDÓNIMO D_amadore