El día que me compraste,
En aquel rincón de un tal John
Donde se bebía aguardiente,
Que curaba a la gente,
Del frió insolente, y del desamor…
Aquel día se nos enfadó Paris
Cupido se quedo en el paro,
Abordabas mi cintura con tu mano,
Y yo la deje venir,
Mientras pensaba en el pobre Platón…
Sus teorías como el efecto domino se desplomaron…
Aquel día “fiebre del sábado noche”,
En el asiento trasero del coche,
Con voz firme te advertí,
Que no hay reembolso, ni reclamación,
Una vez consumado el amor…
Y tampoco te doy la garantía,
Más allá del día a día,
No sea que te de por devolverme,
Sin usar…
Y antes de que me expanda,
Y se me apague la garganta
Todavía quedan cosas que contar…
No se si queda vida,
Pues el tiempo es un ladrón
Yo me curo de espanto,
Y te dejo un resumen, antes de decir adiós.