Calla cuando cantes,
cuanto antes y mientras se pueda,
si no tienes, cantando, palabras
para tu silencio,
una gota para derramar
el vaso
o un cráneo sólido
que golpee los muros ;
sin esto es mejor que uno
se calle, que canten
sólo quienes hablan solos
y que tú y todos nosotros
entonemos un himno
que jamás se escucha – ese que
tú soplas, sobre todo,
porque eres
mirada y amanecer del gato,
periplo de un solo paso,
y porque cantas siempre
cuando estás silente,
aunque nadie escuche y tu
canción se pierda,
como se pierde todo el tiempo
el lamento negro del
acróbata en el aire.