Tu rostro es el mapa
que muestra tu vida,
tu mente, tu alma,
todo tu interior.
Tu rostro refleja
la nítida imagen
de todas tus cuitas
y en él, cada día,
se marcan las huellas
de aquello vivido
hasta el día de hoy.
El paso del tiempo
va modificando,
momento a momento,
tu gesto, tu cara;
tu mente y criterio
se quedan impresos,
lo quieras o no.
Así, en cada arruga,
cada surco y cana,
se encuentra tu esencia
genuina y humana,
también en la forma
que adoptan tus gestos
se encuentran impresos
todos los sucesos
por los que has pasado.
Así, en tus facciones,
tus rasgos, tus señas,
se delata tu alma,
todo tu interior;
y en vano te empeñas
si quieres negarlo,
no hay forma en que puedas
querer ocultarlo.
En tu rostro, grabado,
indeleble, escrito,
se encuentra un mensaje:
¡esto es lo que soy!
Eduardo Ritter Bonilla.
18-09-2009.