De flanco, poco arrepentido, aun descalzo
la misma de ayer soñada, la incondicional,
-elocuente presentimiento, siempre y enhorabuena- llegaron mis dromedarios, sensatos al sepulcral
de mis penas y tristezas, todas han sollozado
en una eterna Algarabía, no habiendo besos,
ni poesías, no habiendo rezos,
tampoco entonces están mis padres,
no están mis gatos que eran tan tiernos,
no está mi Ave María, ni mi credo que había escrito,
en un papel hecho de “Dios es Amor”,
no hay pasión en los ojos soñadores de mi amada,
solo un rosario hecho de arena,
como cadenas de relámpagos a espaldas de mi cabeza,
diciendo ¡Amor!, en voz pequeña:
¡Vuelve a la vida!,…¡Vuelve,… regresa!
Elocuente presentimiento, siempre y enhorabuena.
LENIDAD DE VERSOS
EstertoR de AmoR
Febrero - 2008