No te vayas, Señor.
La Tarde está cayendo
Y muy fría la Noche se presenta.
Quédate con nosotros
Y espera a que amanezca.
Vete cuando el Sol salga
Y que su Luz y su Calor te guíen
Donde quiera que vayas.
Te llevarás Contigo la Alegría
Que como un Don del Cielo
Nos trajo Tu Venida.
Mas no te irás del todo,
Señor, cuando te vayas,
Porque mientras vivamos
Vivirá Tu Recuerdo entre nosotros,
Hecho Presencia y Gozo.
Tan llenos de Tu Ausencia
Nos dejas; nos quedamos,
Que ya sólo que vuelvas:
Sólo, Señor, que vuelvas, deseamos.
Señor, viniendo a vernos,
Te has hecho Vida ya de nuestras Vidas.
Tanto, que ya al vivirlas te vivimos
Y nos sentimos Tuyos, más que nuestros,
Tras dejarnos tan solos, Tu Partida.