Yo te di la vida, tú le has dado el génesis
que, en el cuerpo de Rosa se hizo jardín
y entonando un himno de voces felices
ha venido un nuevo efecto de mí.
Figúrate que yo, no hubiera nacido,
no habría podido tenerte yo a ti;
solo habría silencios en un mar desierto,
solo habría estela de luz sin jardín.
Pero ansiosa la vida de eternos amores
me puso delante un himno a entonar,
cogiendo una estrofa yo hice un romance
y aun sin oficio nació mi verdad.
Mi piel enganchada de ti eternamente,
mi alma pegada a tu bienestar;
latirá siempre alerta, soldada en mi mente,
tu familia, tu vida, tu cruz y tu paz.
Me enganchó al momento, en que ya nacido,
tu sustancia prima se hizo fuerte en mí;
pero, cuando ya en el mundo lo tuve cogido,
entoné mis cantos, se anidó el fortín.
¡Quien lo hubiera dicho, cerca de la luna
sembré mis plegarias, por si me perdía!
No ha mucho tiempo que te tuve a ti.
Hoy ondulamos redes en su melodía,
donde ya mis tramas se van desplegando.
Entré oportuna, dispersa al entrar; pensando:
-¡Solo fuera aljófar de olor, por irme adobando
del rizo de halo de amor que me da Fernando!