Juana la Papisa

Juana La Papisa
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Juana, Juana, que derogaste tu vestido,
por un saber , por un amor, por cantos que clericales,
suenan en tus andares, llamándote Juan el ingles.
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Juana, tu te bebiste la enseñanza y el infinito,
entre rezos , libros y destino, para dar en el camino
con un clero, rendido a tus pies por erudito.
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Al fin sentada en el trono, cuanta grandeza sin prisa,
que por tus decisiones osadas, desenfundando pasiones,
por papa fuiste papisa
. Juana te convertiste, en príncipe de la curia,
ocultando la mujer que llevas bajo la sotana ,
y que al final enamorada de Lamberto de Sajonia,
rendiste callendo a sus brazos, como una vil cortesana.
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Juana, Juana engendraste siendo el papa,
y en las calles del vaticano, en parto se ha revelado,
a todos tu condición de mujer que de parida,
no tuvo derecho a la vida, y allí mismo lapidaron.
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Juana que tu memoria, de príncipe de una misa,
dejo para la historia, del conclave la desconfianza,
que a todo pontífice alcanza,
que antes de ir al trono,
se siente en la gestatoria,
creada a tu memoria, para que un cardenal grite
por culpa de tu desdén,
que el que elegido por papa, tiene dos y cuelgan bien.
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Gabriel Plenazio .
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