Siento mi vida en una placentera calma,
porque tú apareciste en mi mundo,
y poco a poco has llenado mi alma,
con un amor puro y profundo.
Cuando a mi vida la dominaba la soledad,
te cruzaste en el centro de mi camino,
desde ese mismo instante trajiste felicidad,
y me hiciste desear que fueras parte de mi destino.
Al decir que me quieres sé que no mientes,
porque tus lindos ojos me lo expresan,
y cuando me besas sé lo que sientes,
pues el contacto de tus labios me lo confiesan.
Si te digo que te quiero no miento,
porque poseo un sentimiento impactante,
y cada día que pasa sé lo que siento,
pues has pasado a ser muy importante.
El amor que hay en mi alma no es ciego,
porque es profundo, puro y cordial,
y reconoce que en tu vida existe Diego,
y que quieres que el cariño hacia él sea primordial.
En mi alma tengo mucho amor para sentir y regalar,
a un niño que lo necesita y a su linda madre Katilia,
y cada día que pase mi alma se va a esforzar,
para que crezca el amor y así los tres formar una familia.
Por: Efraín Trinidad Rodríguez
“PoetaDeDios”© Morovis, P.R.
4- septiembre-2006