Bendigo el año, el mes, el día,
El momento, las palabras, la hora y la estación;
El país y el lugar en que tú en mi delante
Con esos hermosos ojos vedes
Me ataste con los lazos del amor. Y tu dulce afán, el primero que sentí,
De amarme hasta el fin, y el golpe del aquel tirante
Arco, y sus flechas que en mi pecho amante
Las profundas heridas del amor abría.
Bendigo el incesante acento
que escuche en mi oído,
De mi amado, que en el corazón amor tenia contenido.
Y la dulce miraba que me entregó,
Su dulce sonrisa, sus tontas excusas,
Y su sincero cariño Que mi corazón conquisto.
¡Bendito!, bendigo al valiente
Caballero que mi corazón
Robo, un día con sencillez.
Y también el joven que con humildad,
Sinceridad y una única honestidad
Me llamo de una dulce manera
Cual hidalgo a su dulcinea
Para que en alas del amor
Nunca tratara de matar su ilusión.
Bendigo finalmente, al amor
Que me regalo lo que nunca espere sentir
Alegría, felicidad pero junto
a la tristeza y a un gran dolor.
A pesar de todo te bendigo,
Joven caballero de verdes ojos
Que robas mi corazón
Y nublaste mi razón.