Esquivando soledades
me abrí caminos inesperados,
una veleidad intensa
un rumor pasajero,
el contradictorio paisaje
las manchas de mis humedades
en los pozos del desgarro,
las heridas fugaces
el desencanto del amor,
los piratas acechando
abordajes de idas sin regresos,
el corazón destrozado
la pertinaz indiferencia
unas pocas aventuras
que decorraron mis noches,
la blanca solución
que no soluciona nada,
el humo de canutillos
inmersos en divagues,
la paz de mis muertos
el dolor de mis entrañas,
unos recuerdos amarillos
el velero de mi partida,
el exilio de los malos momentos
y el destierro de los buenos sitios,
y la calma
sobredosis necesaria
de pensar y sentir,
que el mañana
será tan mío como tuyo.