He quedado con mi novio
en los Jardines de Oriente,
aquí llega todo ufano,
elegante y sonriente;
¿qué es lo que trae en la mano?,
espero que sean bombones
pues me temo lo peor,
¡pedazo ramo de flores!.
Se me acerca y me dá un beso
de tornillo reforzado,
hinca su rodilla al suelo
y me coge de la mano,
espero que actúe así
porque le ha dado lumbago;
mete la mano al bolsillo,
está sacando un papel,
pues la lista de la compra
me temo que no va a ser,
es un pedazo poema
que se dispone a leer,
mi corazón se dispara
me pasa de cero a cién.
Me estoy poniendo nerviosa,
ésto suena a compromiso,
¡que yo no estoy preparada
para cargarme de hijos,
ocuparme de la casa,
de las compras.muero fijo!
Con lo bien que vivo ahora
en mi hotelito privado
dentro de mi habitación
a todos gastos pagados.
Pues me armo de valor
y digo con decisión:
-Antes de que digas nada
prefiero dejarlo claro,
aunque yo te quiero mucho
de momento no me caso.
No sé qué molesta más,
si la cara que me pone
o la explicación que dá:
-En eso estamos de acuerdo,
y ahora, cambiando de tema,
tengo que comunicarte
que ya no voy a la cena;
creéme,estoy desolado
¡con la ilusión que me hacía!
hay que acompañar al jefe
no le gusta ir solo al fútbol
y era el único que había,
después de insistirme un rato
le acepté por fín la entrada,
aquí la tengo en la mano,
como eres tan comprensiva
seguro que no te enfadas;
me voy, que empieza a las nueve,
si eso quedamos mañana.