1.
A Tu Padre clamaste, Jesús Mío:
Te abandonó Tu Padre.
Tú, que nunca pecaste,
Los pecados de todos
Te hizo pagar Tu Padre.
Y si eso hizo Contigo,
Jesús Mío, Tu Padre,
Jesús, ¿qué debería
Tu Padre hacer conmigo?.
Jesús Mío, a Blasfemia
Me suena lo que digo.
Tendrás que perdonarme:
Cuánto más te amo a Ti
Más le temo a Tu Padre.
Tu Padre es Juez Supremo.
Ve todo lo que hago
Y lee mis pensamientos.
Porque es Padre, le amo.
Y porque es Juez, le temo,
Y pues tengo de Malo
Mucho más que de Bueno,
Justo será que sea castigado
Pero Tú, Jesús Mío,
No viniste a juzgarnos:
Viniste a redimirnos
Y a salvarnos.
No condenaste a nadie.
No quisiste que a nadie condenáramos.
Solamente salvarnos te importaba.
Tanto que, por salvarnos,
Todos nuestros Pecados asumiste
Y a Tu Cruz abrazado te inmolaste
Ante la Humanidad y ante Tu Padre.
Y cuando de este Mundo te nos fuiste
Redimidos y salvos nos dejaste. 2.
Jesús, en Ti el Amor,
Jesús en Ti el Perdón
A la Razón y a la Justicia vencen:
Tú nos dabas la Vida.
Te dábamos la Muerte.
¡Qué Amor tan sin medida!
¡Qué contraste tan fuerte
Que al mismo tiempo espanta y maravilla!
Gracias a Ti, Jesús, que eres Amor
Y por Tu Amor has redimido al Mundo,
Por Tu Amor, ese Mundo
Trasformado quedó.
Gracias a Ti, Jesús, que eres Amor,
Al final de los tiempos,
Universo de Amor
Va a ser el Universo:
Tu Padre y Tú en el Centro.
La Humanidad entera alrededor.