"LA ULTIMA VOZ"
Transcurrirán los años y los meses,
Otoños, Primaveras y Veranos,
e inevitablemente los reveses
del tiempo escarparán mis torpes manos.
Estas manos que, firmes todavía,
aún pueden escribir, aún están tersas
y trazan con soltura y lozanía
mis versos amorosos en adversas
condiciones, pues, lejos de la amada
que tiene el corazón de roca o hielo,
dibujan la esperanza esperanzada
y así poder gozar de su consuelo.
Acaso mi canción como una broca
de diamante, penetre al fin su acero.
Tú bien sabes, amor, lo que en la roca
logra hacer una gota con esmero.
Tal vez mi piel se manche y mi cabeza,
cresta de nieve, luzca los rigores
del tiempo que se agota en la tristeza
de ver que se me niegan tus amores.
Y tal vez con el tiempo también huya
la Memoria y Olvido sobrevenga;
el corazón su ritmo disminuya
y en mis ojos la lágrima contenga.
Mas, mientras tanto y a tus pies rendido,
como quien clama en oración secreta,
yo seguiré insistiendo fiel, rendido,
y convertido para ti en poeta.
Después, cuando en mi lecho de agonía,
alucinado, envuelto en sudor frío,
giman mis labios locos de alegría
al pronunciar tu nombre con el mío.
En medio del postrero desvarío
será mi última voz, grato fonema,
decir tu nombre en el instante umbrío
y concluirá con ello mi poema.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)