En el umbral del día,
los destellos no se detienen,
pasan y atraviezan cualquier muralla.
No se detienen nunca,
no dejan su mensaje en camino.
Es el destino, es la ruta, es la luz y
trae consigo la medida, el tamaño, lo perfecto.
Es el destino ¿quien lo detiene?
todo está escrito, imborrable, inalterable, pleno, conciso.
Es el destino, es lo real,
solo tus pasos lo siguen y a él te llevan,
con la seguridad del peso de tus huellas.
No lo detengas, síguelo, amalo, es tu rumbo
y al andar no te separes ni un instante de él,
es tu cauce, es tu vida, eres tú.