La prosa transita, así, casi a destiempo
creyentes que invaden locuras y snobismos,
verdades del pasado y una pizca de optimismo
absorven las mañanas con ansias..permitiendo.
Y el lúgubre cementerio, de mitos y leyendas,
atrae la sensación de miles de turistas,
esos que lloran sus muertos y toman vista
desatando del alma la variedad de sus vendas.
Síntomas de castas que a su alrededor se elevan
mostrando las miserias, viles y traidoras,
mientras la prosa transita el paso de las horas
creyendo en realidad que vienen y se quedan.