Nunca pero nunca podría darte, mi amor, cosas grandes…
No sueñes con tan enormes castillos ni lujosas mansiones.
Deberás conformarte con estas paredes rotas de sangre
Y este techo que se desmaya sobre mis angustias-canciones.
Nunca pero nunca podría darte, mi amor, cosas grandes…
No te ilusiones con bellos veleros acariciando el mar.
Deberás conformarte con esta precaria balsa del hambre
Rasgando tímida las lagrimas mas profundas de llorar.
Nunca pero nunca podría darte, mi amor, cosas grandes…
No pretendas coches importados llevándote a pasear.
Deberás conformarte con las ruedas en llanta de mis calles
Que aun transitan por una locura imposible de imaginar.
Nunca pero nunca podría darte, mi amor, cosas grandes…
No te encapriches en conocer esos lugares muy exóticos.
Deberás conformarte con salitres de mis pobres paisajes
Que envolví tras las tristezas que se me adormecen en los ojos.
Nunca pero nunca podría darte, mi amor, cosas grandes…
No te tientes de cubrir tu bello cuerpo con las finas pieles.
Deberás conformarte con mis retazos de esperanzas graves
Que yo he confeccionado con el peso de los fríos más crueles.
Nunca pero nunca podría darte, mi amor, cosas grandes…
No desees mil onerosas joyas que ensalcen tu piel triste.
Deberás conformarte con las marchitas alhajas de mi arte
Que he extraído de los socavones de mis noches más grises.
Nunca pero nunca podría darte, mi amor, cosas grandes…
No anheles aquellos amores de las novelas tan gloriosas.
Con mi poema de amor y sombra, tú deberás conformarte
Porque contiene la humilde grandeza de darte grandes cosas.